Hacia el año 1.972 cursábamos estudios de Bachiller Superior en el Colegio de Nª Srª de la Asunción de Córdoba (hablo en pasado plural, porque lo hacíamos varios de nuestro pueblo: Pedro Cañuelo Fernández, Juan García Aperador, Pedro José Cabezas Vacas, Antonio Arenas Vacas ctc). La prensa, radio y televisión, obviamente, estaban controladas por el poder
y no se publicaba ni una sola letra sin que, previamente, el CENSOR mellara la tijera de tantos cortes asestar.
La juventud de entonces trabajábamos, en el colegio que menciono mas arriba, conjunta y clandestinamente para repartir, con mucho sigilo y miedo (el castigo si te descubrían “los Grises” era brutal), unos folletines tamaño folio que editábamos a “multicopista” (mini-imprenta rudimentaria de manivela que cabía en una maletilla) haciendo algo de critica al Gobierno.
Esos jóvenes, de todas las ideologías: derecha, izquierda, liberales, ácratas etc. etc., (la plataforma de llamaba “Junta Democrática de Andalucía”) luchaban, en momentos muy difíciles, por un común objetivo: poner un granito de arena en la construcción de una sociedad, donde cada uno pudiera opinar y hablar pública y libremente lo que le vienera en gana. Ese derecho a la libertad de expresión, que afortunadamente fue, por fin, consagrado en nuestra constitución, es el que a ti, Lola, te ha permitido hacer una campaña electoral libre y, la postre , el que te sentó en el Tronillo que tanto adoras.
“ Detesto tus escritos, pero defenderé con mi vida el derecho que tienes a publicarlos”. No te preocupes Lola, no me dirijo a ti. Esta frase era pronunciada, en la antigua Asamblea Francesa (hoy su Parlamento), allá por el año 1.745, por François Marie Arouet, quien firmaba (fue perseguido precisamente por lo que escribía) con el seudónimo de “ Voltaire”. Primera figura intelectual de su tiempo, escritor, filosofo, padre del pensamiento moderno, dirigía la citada frase a su más encarnizado enemigo político, cuyo nombre no logro acordarme, aunque si recuerdo que era famoso por la dureza de su pluma.
Es de suponer que, tu, Lola, esto lo desconoces y no comprendes el significado de lo que anteriormente te narro. Seria pedirle peras al olmo.
Cuando el pasado día Siete, salió a la luz mi primer articulo, de la serie que voy a escribir, de aquí a las próximas elecciones municipales, titulado “Lola y la Ley”, los teléfonos del ayuntamiento, que, con tanta sabiduría tu presides, echaban humo. Sin el más mínimo pudor, sin recato alguno. No desde vuestra casa, ni desde vuestro móvil. NO. Desde el mismísimo Ayuntamiento, la casa de todos, y con factura telefónica a cargo todos los Jarotes, os dedicasteis a presionar a los medios. Os dedicasteis a “matar y acojonar al mensajero” para boicotear la difusión del artículo. Lo que al final solo conseguisteis en parte. De la página de “Villanuevadecordobaenlared”, al artículo desapareció en unas horas, porque, como en 1972, llegasteis a intimidar a los operadores de la misma, de tal manera que, en evitación de “males mayores”, optaron por descolgar el artículo de la web. Otros medios no llegaron ni a publicarlo obedeciendo la voz su amo.
Eso, Lola, va contra la constitución. La misma constitución que tu JURASTE. ¿Dime Lola? Esas prácticas que tú haces, ¿como se llaman? ¡A lo mejor esta respuesta si la sabes!
Villanueva de Córdoba. Junio de 2010
-“Agamenon y su porquero”-
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